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Y tú más

Normal no saber dónde estamos. Hoy la picaresca y el pillaje se reflejan en titulillos o en favorcillos, y luego se defienden con el “y tú más” típico de las escuelas, esa actitud irresponsable que, por pueril y propio sentido del ridículo, antaño nos quitábamos de la cabeza con el primer atisbo de uso de razón y autoexamen de conciencia. Llámese religión o ética, llámese moral, conciencia o consciencia. Ahora los cerebros son autoinmunes, la autodefensa a ultranza desmantela la autenticidad y destruye las células buenas en aras de una supervivencia de ficción o, en el mejor de los casos, de transición. Salvar el pellejo tirando, sobre todo no dejar de ir tirando, no descarrilar y no aflojar.

“Y tú más”, llevan diciendo toda la semana los líderes. Sí, porque los del “y tú más” son líderes y la gente los sigue, y los periódicos tienen un abanico de micrófonos con etiquetas de colorines para propiciar el intercambio. Los hay que juegan más limpio que otros, los hay que dicen mea culpa, los hay que dicen viva el rey, los hay que no dicen nada. Qué panorama. Y toda la audiencia grita enardecida “y tú más”, “y tú cierra el pico que estás pa hablar”.

El gráfico de la línea divisoria que situaba las ideologías ya no existe hace mucho tiempo. Sin embargo, seguimos hablando de derecha, izquierda, centro, como si fueran fronteras históricas fijadas por la Constitución, cuando llevan en volandas al electorado ya desde antes de que un exministro de Franco gobernara Galicia y un socialista new age España. De aquella estaban ensayando, ahora esto ya se ha ido de todas las manos sin que nadie se entere. Se puede ser de todo y a la vez, el caso es situarse, como esos mendigos que pagan cuota por tener reservada la zona más rentable para la limosna : el caso es tener espacio, porque donde hay espacio hay dónde moverse, tribuna para hablar y micrófono.

Hoy, electoralmente hablando, sale menos caro plagiar a Primo de Rivera en un discurso que citar el BOE en una tesis. Hoy un republicano defiende con orgullo la presencia de la monarquía en el día a día oficial, y sienta normal que un rojeras de juventud la juegue individual una vez bien instalado, eso sí, que la imagen se parezca al disfraz para no despistar a la audiencia. Así que, para qué agitarse por verdades como puños si además, paralelamente, el bulo se difunde a la velocidad de la luz, en las redes sociales y en algunas imprentas. ¿No es todo un pelín raro? Y lo más raro es que todo el pueblo enardecido berrea “y tú más” porque la política cada vez se parece más al fútbol, con ultras y todo, preparados para armar gresca en cuanto oyen el silbato.

Esta semana, política y medios se hicieron los coros para que nosotros pudiéramos seguir dándonos collejas. Y mucho me temo que habrá que salir de caza para capturar la realidad, que por lo visto se pasea fuera de antena. Así que, atentos a la propia intuición. Ya no nos queda gran cosa para salvar los muebles, esos que al parecer habitan las cabezas de la gente sensata y con cavilaciones fructuosas.

 

Covadonga Suárez

 

Todo el pueblo enardecido berrea “y tú más” porque la política cada vez se parece más al fútbol, con ultras y todo, preparados para armar gresca en cuanto oyen el silbato. Share on X

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